«En IFMIF-DONES debemos estar preparados para trabajar continuamente fuera de la zona de confort»
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Santiago Becerril (Barcelona, 1975) es Ingeniero Industrial, especializado en Mecánica de Máquinas, por la Universidad Politécnica de Cataluña. Durante su trayectoria en IFMIF-DONES, desde marzo de 2021, ha acumulado responsabilidad en aspectos diversos del proyecto. Entre los más importantes, la coordinación del Área de Sistemas de Ensayos, que es una de las mayores que compondrán la planta. Este área incluye todos los módulos que se irradiarán durante la explotación, la cavidad blindada que los alojará, así como infraestructuras dedicadas a otros usos experimentales. Becerril también está involucrado en varios grupos de trabajo transversales que abordan aspectos técnicos específicos de la planta.
PREGUNTA (P). Antes de incorporarse al equipo de IFMIF-DONES trabajó en el Instituto de Astrofísica de Andalucía. ¿Siempre quiso trabajar entre estrellas?
RESPUESTA (R). Siempre tuve claro que quería trabajar en el campo de la instrumentación para investigación científica en general. Luego ya mi experiencia se fue encauzando en determinados campos científicos, entre ellos los que tienen que ver con las estrellas, incluyendo aquí también de alguna manera mi trayectoria en IFMIF-DONES. Como es bien sabido, estamos en la hoja de ruta europea por la fusión, cuyo objetivo no es otro que reproducir en cierto modo la dinámica de partículas que hay en el interior de las estrellas para la producción de energía limpia y altamente disponible.
P. IFMIF-DONES será una máquina única en su configuración. ¿Cómo afronta ese reto siendo el responsable del diseño de los sistemas de ensayo?
R. En primer término, con muchísima motivación por los grandes retos que tenemos por delante y por estar involucrado en el desarrollo de una instalación tan singular y única como IFMIF-DONES desde el principio. En segundo lugar, con mucha flexibilidad, pues en estas primeras fases de desarrollo del proyecto hay multitud de necesidades diversas por cubrir y hay que estar plenamente preparados para trabajar continuamente fuera de la zona de confort, abordando, en pos del proyecto, actividades con las que uno pueda no estar familiarizado.
En cuanto al área de Sistemas de Ensayo, a modo de ejemplo, algunos de los retos son, por un lado, asegurar una disponibilidad prácticamente de 24/24 y 7/7, con las muy exigentes y únicas condiciones de trabajo a las que se verán sometidos los módulos de irradiación en la cavidad blindada, que será el corazón de la planta.
Por otro lado, hay toda una familia de detectores necesarios para monitorizar las condiciones dentro de la cavidad que nunca se han sometido a unas condiciones como las de IFMIF-DONES y que necesitan mucha investigación detrás para tener una caracterización fiable al respecto.
Finalmente, creo de interés mencionar que la vasija de vacío de la cavidad donde tendrá lugar la irradiación medirá como un edificio de tres plantas y se especificará para que su deformación en condiciones de trabajo sea del orden de 1 milímetro o menos. Está claro que a nivel técnico tenemos por delante un camino lleno de motivaciones.
P. Usted, como ingeniero industrial, está acostumbrado a sentarse en una misma mesa de trabajo con investigadores y científicos. ¿Cómo definiría esa convivencia?
R. Muy fructífera e indispensable para el avance de la ciencia. Diría que estamos condenados a entendernos, aunque a veces pueda haber cierta divergencia entre estos colectivos. Simplificando mucho se podría decir que los ingenieros hacen aterrizar las ideas de los científicos, dotándolas de las necesarias limitaciones y condiciones de contorno, mientras que, por su parte, los científicos empujan a los ingenieros para llevar el estado del arte cada más lejos y hacer posibles proyectos que antes parecían inviables.
P. ¿Cuál es el principal reto que afrontará el arranque y monitorización del acelerador de partículas de Escúzar (Granada)?
R. Esta pregunta tiene múltiples vertientes y es bastante compleja. Si consideramos el arranque del proyecto en general, el primer reto muy importante es atraer todo el talento necesario y dotar al proyecto de una mínima masa crítica de recursos humanos, con perfiles muy complejos de encontrar en algunos casos. Esto ya es complicado pero conseguirlo en un período de solo dos o tres años incrementa notablemente su dificultad. Habrá que integrar equipos y departamentos totalmente nuevos, todo ello sin que el ritmo del proyecto baje y dando salida a licitaciones complejísimas para integrar la contribución en especie (“in-kind contribution”) que los diferentes países vayan a aportar. Implementar una buena definición e integración de equipos humanos va a ser totalmente fundamental.
Por otra parte, y también muy importante, están todos los retos tecnológicos que afrontaremos y que ya tenemos bastante identificados. Sabemos que no hay ninguna fuente de neutrones con las características y especificaciones de IFMIF-DONES. A modo de ejemplo, la parte del acelerador deberá generar haces de una intensidad sin igual en el mundo y el lazo de litio líquido será el más grande del mundo, con necesidades de estabilidad del flujo altísimas.
Aparte de los retos que he mencionado acerca de los Sistemas de Ensayo, otros ejemplos pueden ser los sistemas robóticos y de manejo remoto que serán necesarios para el mantenimiento de la planta, cuya duración deberá ser lo más corta posible, a fin de maximizar la disponibilidad operativa de la planta.
P. ¿El fulgurante avance que las tecnologías de fusión han protagonizado en los últimos años le hace ser optimista sobre la viabilidad de esta energía? ¿En qué plazo considera que será una realidad?
R. IFMIF-DONES está planificado para que entre en operación en 2034. Tendrán que pasar años para que, a partir de los datos y resultados que genere, se produzcan los materiales y sistemas que, en primer término, usará DEMO, el cual será el primer prototipo de reactor de fusión con visos de alta disponibilidad.
A continuación, el período de explotación de DEMO deberá también prolongarse un tiempo antes de consolidar las soluciones constructivas más eficientes y razonables a nivel de coste, aspecto éste donde la empresa privada también jugará un papel importante.
Por lo tanto, calculo que no será hasta la década de los 50 o 60 del presente siglo, cuando un primer reactor de fusión piloto con altos estándares de disponibilidad y especificado para el suministro de energía a una cierta población, sea una realidad.
No obstante, algo importante a remarcar es que la fusión será un nuevo actor en la mezcla de fuentes energéticas que habrá en el futuro, y probablemente complemente a otras fuentes. Sin embargo, tendrán que pasar varios lustros hasta que se consolide como una de las fuentes principales, pues lógicamente deberá haber un proceso tecnológico extendido en el tiempo para abaratar soluciones y tecnologías.
P. La cura del cáncer es su deseo científico. ¿Qué espera de las aplicaciones médicas de IFMIF-DONES?
R. Lo que usted comenta está ya sobre la mesa de los diversos usos experimentales, aparte de los objetivos de fusión, que se están proponiendo para IFMIF-DONES. De hecho, actualmente existen propuestas de módulos de irradiación para generar isótopos clave en los tratamientos del cáncer. Cálculos preliminares nos dicen que IFMIF-DONES podría producir una cantidad anual de isótopos equivalente a la que necesitan los hospitales de Andalucía en un año. Estamos estudiando dicha propuesta, junto con bastantes otras, para ver todos los aspectos técnicos que puedan afectar a su viabilidad.
P. ¿Qué pide a 2024?
R. Aunque no soy de pedir mucho, diría que disfrutar de un nuevo año con salud y energía, nunca mejor dicho, energía que necesitamos nosotros también con el fin de prepararnos para la cantidad de trabajo y dificultades que deberemos abordar para hacer realidad este enorme reto.